Cuando Alejandra decidió irse de Durango para mudarse a Guadalajara, jamás imaginó que estaba cada vez más cerca de conocer al amor de su vida. Ella tenía una roomie de Irapuato con la que pronto estableció una fuerte amistad, por lo que la mamá de su nueva amiga enseguida comenzó a insistir con presentarle a alguien.
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Poco después Agustín visitó Guadalajara y fue entonces que se organizó una blind date para que él y Alejandra pudieran conocerse. El flechazo fue instantáneo y desde entonces comenzaron a salir. Él la visitaba constantemente y su amor creció hasta que un tiempo después le entregó el anillo con la asombrosa ciudad de Machu Pichu como fondo.
Su boda se celebró el pasado 20 de mayo en Florida, un hermoso espacio para eventos que cuenta con opción a bosque, terraza y jardín. Ideal para hacer de toda celebración un encuentro mágico.
El banquete lo sirvió Fusiones, mientras que las flores fueron de Punto Flor y la música del DJ GAP. El vestido de Alejandra fue de Pronovias y la coordinación de la boda estuvo a cargo de Marisol Fernández Natera, quien se aseguró de que todo saliera tal y como lo habían imaginado.
“La inspiración fue incorporar mucho verde, maderas y tonos blancos. Fue una boda muy cálida, ya que pusimos varios sirios, velas e iluminación para otorgarle el toque romántico y acogedor que buscaban”, nos compartió Marisol.
La fiesta estuvo cargada de ambiente, diversión y alegría, además de que fue evidente que ambos eran muy queridos entre sus amigos. Al verlos tan felices, el sacerdote a cargo de la ceremonia pronunció unas hermosas palabras entre las cuales aseguró que su amor era como ninguno, pues se notaba que se amaban de verdad.
Fotos: JCO Photography