Seguramente lo primero que piensas cuando escuchas que algunas parejas se decidieron por llevar bodas íntimas son por los siguientes motivos: es un civil, se están casando por segunda vez o son de familias y grupos de amigos muy pequeños.
Hay muchas razones para tener una boda grande repleta de personas, entre ellas compromisos de los padres y los de las parejas. Les aseguro que ese motivo no me queda claro del todo y no creo que sea válido para hacer una fiesta grande si no lo deseas. En lo personal soy fiel a la idea de que los invitados de la boda tienen que ser las personas que verdaderamente quieren estar ahí y porque siempre han estado en tu vida.
Sobre los 3 puntos que les comenté de principio, no hay nada establecido, todos somos candidatos para hacer una boda íntima. Hay muchas razones para querer hacerlo de esta manera y aquí te menciono algunas de ellas.
Atención personalizada y mejor organización para todos
Una boda íntima te da la posibilidad de concentrarte más y mejor en la organización, disfrutando de cada detalle.
Están los que tienen que estar
Estar en un ambiente de confianza provoca que los invitados actúen con mayor naturalidad. Por ese motivo, una boda intima nos brindará la posibilidad de pasarla increíble y divertirnos junto a las personas que más queremos.
Hay más opciones para venue
Es común que las parejas renuncien al lugar que siempre soñaron por la capacidad que lo límita. Cuando tienes una boda con menos invitados las probabilidades de encontrar disponibilidad aumentan.
Es importante recordar que una boda grande no cambia el que la vayas a pasar bien o mal, sea cual sea tu elección siempre ten en mente que es tu momento especial y que la debes de pasar con las personas que más quieres, siendo consciente de lo que siempre has querido.
Sí estás en proceso de planeación y tienes dudas sobre los «Tramites necesarios para boda civil y religiosa» da click <– en el link para aclarar todas tus dudas.
Las bodas íntimas se vuelven la tendencia favorita ¡Descubre la razón!
Fotos boda Andrea + Jaime