Juliana y Pablo se conocieron mientras ella vivía en Guadalajara por el trabajo de su papá, después de regresar a Brasil, de donde ella es, descubrieron que su amor era tan grande que decidieron intentarlo a larga distancia.
Foto: Mauricio Juarez
Después de 3 años de noviazgo y muchos kilómetros entre ellos, decidieron dar el siguiente paso y unir sus vidas en matrimonio.
La boda fue en el rancho de la familia de Pablo el 27 de febrero y predominó un ambiente juvenil donde 300 invitados disfrutaron de un ambiente súper acogedor y sobre todo romántico, debajo de una lluvia de estrellas con focos y velas.
La ceremonia religiosa se celebró en la Iglesia de Zacoalco de Torres, aquí fue donde Juliana y Pablo dieron el «sí» el día fue lluvioso, posterior a la misa se dirigieron a disfrutar con todos sus invitados la celebración de su boda.
foto: Mauricio Juarez
La boda estuvo llena de detalles mexicanos y brasileños, en el cóctel hubo mariachi acompañado de jarritos y caipiriñas.
Foto: Mauricio Juarez
La cena, a cargo de La cocina de Guille, estuvo compuesta de platillos típicos mexicanos que todos disfrutaron al máximo.
El ambiente estuvo de lo mejor, pues desde que comenzó la música, los invitados no dejaron de bailar ni un solo momento.
Merciparis deleitó a los asistentes con una barra de postres y a altas horas de la madrugada llegó una batucada a darle un toque brasileño a la boda.
La decoración en flores fueron centros de mesas altos y bajos en tonos blancos e ivory realizados por Punto Flor
Juliana colocó en cada lugar de sus invitados “brigadeiros” y macetas como favors.
Foto: Mauricio Juarez
Foto: Mauricio Juarez
Marisol Fernández fue la encargada de planear su boda, con la cual Juliana y Pablo de lo único que tuvieron que preocuparse fue de divertirse y disfrutar a todos sus invitados.
Juliana y Pablo, Love story
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La boda de Juliana y Pablo se convirtió en una noche mágica de un amor joven que logró cruzar miles de kilómetros para unirse para siempre.
Fotografías por: Ale Borges
