Ximena y Spencer se conocieron hace aproximadamente una década, y después de siete años de compartir recuerdos, decidieron aventurarse a vivir juntos en París. Ella es de Torreón, Coahuila mientras que él nació Los Ángeles, sin embargo, las diferencias culturales no lograron impedir que ambos se enamoraran profundamente el uno del otro.
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Ellos decidieron unir sus vidas para siempre a finales del 2017 en Hacienda Lomajim, ubicada en Colotlán, Jalisco. Se trató de una boda muy emotiva en donde los principales protagonistas fueron el amor y la alegría. Lo cual se vio reflejado no solo en la actitud de los novios, sino en cada rincón de la recepción.
Para su look de novia, Ximena optó por utilizar un recogido con un par de mechones sueltos y un maquillaje natural que contrastaba con sus labios. Sus zapatos Jimmy Choo eran el complemento perfecto para su vestido con bordados de motivos florales.
Mientras su futura esposa se preparaba, Spencer decidió compartir un rato muy especial entre risas y amigos. Él optó por un conjunto con tirantes, moño y camisa tipo Oxford. En ningún momento dejó de mostrar su sonrisa de felicidad debido a lo que estaba por venir.
Ximena y Spencer decidieron reunirse poco antes de la ceremonia. Su encuentro fue verdaderamente enternecedor y el amor que sienten el uno por el otro era evidente.
La ceremonia se llevó a cabo al aire libre, con una maravillosa barranca de fondo y hermosas flores, árboles y detalles naturales como elementos del entorno.
La emoción de Ximena era evidente mientras caminaba hacia el altar acompañada por sus padres. Desde un inicio su boda fue como ninguna otra.
Se trataba de unos novios sumamente relajados, se notaba a simple vista la química entre ellos.
Posteriormente, los invitados pasaron a un cóctel en donde se servían bebidas típicas mexicanas; como tejuino con mezcal, cantaritos y cerveza artesanal.
Tanto Ximena como Spencer disfrutaron cada instante de su boda. De principio a fin.
La recepción se llevó a cabo al aire libre. Era posible admirar unas pérgolas de madera, mesas infinitas y centros de mesa muy coloridos, con detalles en barro y fibras naturales.
Las responsables de que todo saliera a la perfección fueron Mariana y Marisol Fernández Nátera de MFN Event Planner, quienes estuvieron a cargo de la coordinación de la boda. El mobiliario se inclinaba totalmente hacia la madera, mientras que la mantelería blanca contrastó a la perfección con las brillantes flores de la decoración.
Se trató de una boda cargada de libertad y espacios abiertos en donde el entorno por sí solo era el mejor acompañamiento para una pareja que no pudo ocultar la gran felicidad que estaba viviendo.
La nostalgia estuvo a flor de piel, pues todos los invitados participaron al dedicarles hermosas palabras o canciones que hablaban de su nueva vida juntos.
Lo mejor de todo, es que la boda fue muy animada. Todos por igual bailaron y cantaron al ritmo de las melodías que sonaban durante la fiesta.
Al caer la noche, la joven pareja siguió disfrutando de su amor. Una boda emotiva para recordar toda la vida.
