Convertirse en una Bridezilla es algo que ninguna novia desea hacer, aunque la mayoría no lo pueden evitar. Lo cierto es que muchas veces puedes tomar actitudes y comenzar a tener comportamientos relacionados con esto sin siquiera notarlo. En todo proceso de planeación de una boda es normal que exista un poco de estrés y nerviosismo, sin embargo, no debe llegar a un punto en el que afecte tu vida y mucho menos tus relaciones personales. Para detectar si todo está bajo control o si debes tomar cartas en el asunto, pon mucha atención a los principales síntomas de que eres una ‘Bridezilla’:

TAMBIÉN LEE: ¿CÓMO EVITAR EL EFECTO BRIDEZILLA?

Todo lo que piensas y hablas es sobre la boda 

Los meses de preparativos marcarán una etapa de tu vida, y aunque probablemente todos te preguntarán cómo vas, si necesitas ayuda o si te hace falta algo, es necesario que tengas otros temas de conversación que no sean la boda. Dicho evento robará gran parte de tu atención y de tu tiempo, pero no debe convertirse en lo único en lo que piensas. Si absolutamente todas tus pláticas y discusiones son sobre la boda, ten mucho cuidado.

Foto: Joann Cohen

Has tenido peleas fuertes con tu pareja por los preparativos

Tener malos entendidos o ligeros conflictos con tu pareja a causa de los preparativos es normal. Sin embargo, cuando estos rebasan cierto límite y sobre todo si se repiten constantemente, entonces podrías ser una auténtica Bridezilla. No dejes que el estrés arruine un momento en el que deben estar más unidos que nunca, intenta disfrutarlo e involucrar a tu pareja lejos de darle reclamos y de desquitar tus preocupaciones con él.

Foto: Redbook

Te frustra que algo no salga como lo planeado 

Toda novia quiere que el día de su boda sea como de cuento de hadas, aunque algunos errores son inevitables. Nada ni nadie en esta vida es perfecto y por ello siempre hay una alta probabilidad de errores. Pensar que todo saldrá tal cual como lo imaginaste es un gran error que solo te frustrará en el gran día y te impedirá disfrutar. No podrás hacer nada al respecto, así que mejor relájate.

Foto: Huffington Post

Has despedido a algún proveedor 

Cuando vas a casarte es común que no te entiendas con algunos proveedores, aunque si has llegado al punto de despedirlos sin justificación o por un motivo absurdo, entonces es momento de que medites las cosas. Habla con ellos y cuéntales tus preocupaciones, dudas y preferencias, pero ten paciencia, pues para estar en el mismo canal hace falta mucha comunicación.

via GIPHY

Tu salud se ha visto afectada

Si has tenido presión baja o alta, mareos, nauseas, taquicardia, falta de apetito, pérdida de peso o demasiada hambre por culpa de la boda, entonces probablemente estás causándole a tu organismo más presión de la necesaria. Una boda siempre traerá sentimientos de incertidumbre y hasta cierto punto nerviosismo, pero jamás debe ser un motivo para caer en ansiedad o incluso depresión.

Foto: FoodTribute

Tienes cambios de humor constante

Si pasas de estar sumamente feliz a sentirte irritada o enojada, entonces debes poner atención a tu comportamiento y a la forma en la que estás tomando las cosas. Llorar –excepto de felicidad– es uno de los síntomas principales de que eres Bridezilla, sobre todo si lo haces constantemente o en más de una ocasión. Cuida este aspecto porque podrías angustiar de forma innecesaria a los que te rodean.

Foto: patriciaassispires.blogspot.com

Pierdes el control fácilmente

Si tu fotógrafo apenas está terminando de decir que cierto lugar tiene poca luz para las fotos y ni siquiera lo dejas terminar antes de comenzar a gritarle un monólogo completo de por qué debe hacer las cosas de cierta forma. De igual manera, si constantemente te encuentras marcando a uno de tus proveedores para reclamarle alguna cuestión en voz subida de tono y actitud arrogante o agresiva, entonces eres una Bridezilla.

via GIPHY