Probablemente has soñado con el día de tu boda desde que eras pequeña, y es por ello que muchas novias desean que todo salga perfecto cuando este se hace realidad. Idealizar la iglesia, el banquete e incluso a tu pareja desde temprana edad, provoca que muchas veces los nervios y la vergüenza de hacer las cosas mal te consuman. Todo esto es perfectamente normal, y sin duda muchas mujeres llegan a preocuparse por hacer el ridículo cuando se encuentran en el foco de atención de todos. La buena noticia, es que generalmente los momentos más vergonzosos al casarte terminan siendo también los más especiales, pues generalmente se trata de instantes cumbre que juegan un papel fundamental durante tu gran día. A continuación te compartimos cómo lidiar con este tipo de situaciones para que los nervios no te consuman:

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La entrada a la iglesia

El momento que has esperado desde que prácticamente viste tu primera película de Disney es también uno de los que más nervios puede causarte. La buena noticia, es que por mucho que te preocupe tener todas las miradas encima, que por primera vez están viendo tu vestido y tu peinado, lo más probable es que la adrenalina del momento y la emoción de ir caminando de la mano de tu papá hacia el hombre que amas, hará que todo se te olvide y que el resto del mundo no te importe. Confía en nosotros.

Foto: El Padre de la Novia

La misa

Este momento probablemente sí llegará a incomodarte pues ya ha pasado el éxtasis de la entrada, y mientras el padre o quien oficia la misa se encuentra hablando, probablemente tú solo pensarás en todas las miradas observándote. Lo que puedes hacer para calmar tus nervios es tomar de la mano a tu prometido e intentar concentrarte en las palabras del discurso y no del qué dirán.

Foto: Glendale New Church

La entrada al salón

Muchas mujeres temen hacer el ridículo pues lo más normal es que las novias entren a los salones bailando como si no hubiera un mañana y celebrando como nunca, algo que no demasiadas personas se pueden explicar o desean compartir. Sin embargo, te aseguramos que estarás tan contenta que a pesar de negarte a hacer todo el numerito, terminarás repitiendo lo que has visto tantas veces. Es inevitable.

Foto: OneWed

El primer baile

Una vez más eres el centro de atención, y cuando tu esposo y tú no son exactamente los más expertos en baile de pareja, esta situación puede tornarse en una pesadilla. Nuestra recomendación es que si no se sienten tan seguros en este aspecto, entren a clases de baile para novios desde un par de meses antes de casarse. No decimos que deban seguir una coreografía al estilo quinceañera, pero quizá con un par de pasos básicos estarán más tranquilos.

Foto: Pixabay

La liga

Probablemente no te agrada en lo absoluto la idea de que tu pareja meta las manos debajo del vestido frente a tu papá, la tía lejana, el abuelo y en general toda tu familia, por lo que el momento de retirar la liga puede representar un reto para ti. Sin embargo, hay muchas opciones para hacer un poco más amena esta tradición. Una de ellas es bajar la liga hasta tu tobillo antes para que no haya que buscar demasiado, y la otra es incluso que él la guarde en su bolsillo para simplemente dar el espectáculo sin necesidad de sufrir porque algo salga mal. Al final será una anécdota divertida.

Foto: Matrimonio.com.pe